Anónimo
MISIÓN
FORÁNEA
Dpto. de Admisiones
Rev.: Saulo Pablo
Corinto, Grecia
Corinto, Grecia
Estimado
hermano Pablo:
Recientemente
hemos recibido su solicitud para ingresar a nuestra misión. Le agradecemos por
ella, quisiéramos expresarle en primer lugar, que es política de nuestra misión
ser tan francos y abiertos como sea posible con todos nuestros solicitantes. En
su caso, hemos llevado a cabo una investigación minuciosa de todos sus
antecedentes y, francamente, nos sorprende cómo usted haya pasado hasta ahora
por un misionero hecho y derecho.
Se
nos ha dicho que usted padece de un serio problema ocular, lo cual encierra un
gran obstáculo para un ministerio efectivo (nuestra misión requiere visión
20/20).
En
Antioquía, nos enteramos que usted se opuso al Dr. Simón Pedro, un apreciado
secretario denominacional, y lo reprendió públicamente, causando tal alboroto
que tuvimos que enviar a un grupo especial desde Jerusalén. No podemos aprobar
semejante atropello a uno de nuestros dignatarios.
Por
otro lado, ¿cree que es correcto dedicarse al trabajo secular como misionero?
Hemos sabido que en ocasiones usted pierde su tiempo fabricando carpas. En una
carta que dirigió a la iglesia de Filipos admitió que esa era la única
congregación que lo mantenía. Nos preguntamos: ¿Por qué tan sólo una? ¿Es
cierto que tiene abierto un prontuario en la policía? Ciertos hermanos nos
informaron que pasó dos años preso en Cesarea, y que también lo estuvo en Roma.
Causó tantos problemas para la Cámara de Comercio de Éfeso que lo han tildado
como «trastorna mundos». Ningún sensacionalismo debe tener lugar en las
misiones. Deploramos también el vergonzoso episodio de la huida de Damasco con
una canasta.
Nos
asombra su comportamiento: hombres que se saben manejar con diplomacia no son
apedreados, ni expulsados de las ciudades ni asaltados por un gentío furioso.
¿Nunca pensó que unas palabras más suaves podrían brindarle más amigos? Le
adjunto una copia del libro de Dale Carnegie: “Cómo alcanzar judíos e
influenciar griegos”.
Entendemos,
igualmente, que es dado a fantasías y sueños. En Troas, dijo que tuvo la visión
de un varón macedónico, y en otra oportunidad, que fue transportado hasta el
tercer cielo y que el Señor había estado a su lado. Créame: en la misión
mundial se necesitan mentes más realistas y prácticas.
Ha
causado problemas dondequiera que ha ido. Se opuso a las damas honorables de
Berea y al principal liderazgo religioso de su raza en Jerusalén. Si alguien no
se lleva bien con su propia gente, ¿cómo podrá servir a los extranjeros? A Timoteo le escribió que había «peleado la
buena batalla». Pelear no es recomendación para ningún misionero. Hasta nos
enteramos de que manosea serpientes, como aquella venenosa que levantó en
Malta, situación en la cual aparentemente no sufrió ningún daño.
Admitió
que estando en Roma «todos lo abandonaron». ¿Nunca pensó que los hombres
correctos tienen siempre amigos a su lado y jamás son dejados solos? Ha escrito
muchas cartas a iglesias donde fue pastor, y en una de ellas acusó a un miembro
de convivir con su madrastra, causando una conmoción en la congregación y
haciendo que ese miembro fuera expulsado.
También
gastó demasiado tiempo tratando el debatible tema de la segunda venida. En las
cartas que envió a Tesalónica casi fue el tema excluyente. Por favor, ¡ponga
las cosas en su lugar de ahora en adelante!
Su
ministerio se ha caracterizado por la inconstancia: primero fue Asia Menor,
después Macedonia, luego Grecia, más adelante Italia, y ahora fantasea con
España. Sus sermones son demasiado largos para estos tiempos. En cierto lugar
predicó hasta pasada la medianoche y por su culpa hubo un lamentable accidente
con un joven que se quedó dormido. Nadie puede aguantar un sermón de más de
veinte minutos. «Párese, hable y cállese», es nuestra consigna.
Nuestro
médico auditor, el Dr. Lucas, nos informó que es bajo de estatura, delgado,
calvo, enfermizo y que duerme con sobresaltos por la preocupación que siente
por sus iglesias. Y asimismo nos informan que, frecuentemente, se pasa horas
enteras caminando y orando, hasta altas horas de la madrugada. Nuestro ideal
para los candidatos que se ofrecen es el conocido «mente sana en un cuerpo
sano».
La
experiencia nos ha enseñado que lo mejor es enviar casados al extranjero.
Deploramos, por eso, su política de celibato. Le hacemos saber, por si le
interesa, que Simón (el ex mago) ha establecido una agencia matrimonial en
Samaria, donde seguramente podrá encontrar algunas viudas excelentes.
Lamento
tener que decirle todas estas cosas, hermano Pablo, pero lo hago para su propio
bien. En mis veinticinco años de ministerio jamás encontramos a alguien más
opuesto al perfil que buscamos. Si lo aceptáramos, estaríamos rompiendo el
Reglamento Interno de nuestra misión.
Cordialmente
suyo,
Flavio
Cabezahueca
Secretario de Admisiones[1]
Secretario de Admisiones[1]
[1] Anónimo.
(1996). Capítulo 2: No hay vacantes para usted. En F. A. Bertuzzi (Ed.), Ayudas misioneras (pp. 13–16). Santa Fe,
Argentina: Comibam Internacional.
Seguramente ese candidato se dará por vencido y millones de millones de seres humanos no conoceremos las buenas nuevas del Evangelio. Detrás de lo humorístico del comentario, hay mucho que pensar.
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